lunes, 17 de abril de 2017

Los 3 Planes de las Pandillas tomados por las Medidas extraordinaria. en la 3# están involucrado Relegiones

Debido a las Medidas extraordinarias de el gobierno en contra de las pandillas, predominantes en el salvador, dichos grupos delincuencia les habían planeado distintas operaciones para atentar en contra de diferentes entidades:

El primer plan, denominado Plan A, era “girar la línea” a las 249 clicas de la pandilla para que dejaran de cometer homicidios, ya que el análisis de los cabecillas era que las medidas extraordinarias fueron implementadas por el incremento de asesinatos.



La primera parte del segundo plan, denominado Proyecto de la Mara, consistía en establecer comunicación con los cabecillas de las dos facciones del Barrio 18, para coordinar acciones en conjunto en contra del Gobierno y funcionarios públicos, jueces, fiscales y policías.

Uno de los encargados para hacer el enlace con los cabecillas del Barrio 18 fue “Sniper”, quien después de establecer contacto y convencerlos de unirse a la “pegada (ataques armados)” en contra de funcionarios y miembros de los cuerpos de seguridad, grabó un video difundido en YouTube, en el que aseguraba que las tres pandillas estaban dispuestas a reducir homicidios si el Gobierno ofrecía un nuevo proceso de diálogo, similar al de la tregua, según la investigación de Operación Jaque.

El Gobierno respondió que no estaba dispuesto a dialogar y que las medidas extraordinarias no iban a cesar, a pesar del ofrecimiento que hizo la pandilla.

La segunda parte del Proyecto de la Mara, consistía en que “Sniper”, en conjunto con “Piwa”, iban a coordinar la logística para recolectar más de medio millón de dólares, a través de la extorsión en todo el país, para comprar armas de grueso calibre, granadas y armas para derribar “mosquitos (helicópteros)”, chalecos antibalas, gorros navarone, cinchos para portar armas, arnés para portar municiones de fusiles y accesorios tipo militar para un grupo élite de 500 pandilleros que supuestamente serían entrenados en zonas rurales, para atentar en contra de cuerpos de seguridad.




El tercer plan, denominado Plan C, según esas investigaciones, era realizar varias marchas de familiares de pandilleros, acompañados por la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDDH) e iglesias, exigiendo al Gobierno que quite las medidas extraordinarias de los centros penales y se siente a dialogar con las pandillas. Además, en este plan, la pandilla acordó controlar comunidades, colonias y zonas, con el fin de no dejar entrar a policías y militares. Asimismo, “Sniper” y los demás cabecillas acordaron que en esos territorios controlados identificarían a simpatizantes de partidos políticos y los expulsarían.



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